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POPULISMOS DICTARIALES FRACASADOS
Viendo a Nicaragua, Cuba y Venezuela como ejemplos latinoamericanos de regímenes dictatoriales, ineficaces, represivos y corruptos, producto del eslogan que hicieron creer a Hugo Chávez del “socialismo del siglo 21”, podemos decir que estos sistemas políticos están fracasando, y quizás para siempre.
Venezuela con el grave problema de Maduro de su contundente derrota electoral, que ahora trata de borrar con represión, cárcel y aplastar a los opositores, al mejor estilo del fascismo.
Ortega imponiendo una serie de leyes inverosímiles para reprimir y buscar encarcelar hasta el último opositor, buscando instalar una sucesión tiránica que no permita ni pensar, mucho menos permitir movimientos para buscar una democracia.
Y Cuba con una dictadura del partido comunista que cree ya haber “domesticado” al pueblo, ignorando que el espíritu de lucha está siempre ahí, con rebeliones calladas que reprimen y vuelven a aparecer ante la falta de comida, libertades y una vida digna de seres humanos.
Estas tres dictaduras populistas tienen en común que no han resuelto los problemas sociales de sus países, de justicia, de igualdad ante la ley, de salud, de vivienda, de inconformidad al ver que no hay desarrollo, empleo, educación, etc. y lo único que tienen son discursos demagógicos contra el capitalismo (de los demás), y contra los Estados Unidos (pero a favor de Rusia y China), más de eso no tienen nada, no tienen conceptos ni planes de desarrollo ni visiones para desarrollar las sociedades. Están en cero. Han fracasado como alternativa.
También tienen en común esos tres regímenes, que son apéndices del bloque mundial de dictaduras que encabeza la invasora Rusia neo zarista, la expansionista y comunista China, Corea del Norte, los terroristas de Irán, Siria, y otros que pretenden dominar la actual geopolítica, convertidos hoy en el refugio de estas dictaduras latinoamericanas para anclarse ahí, y autoprotegerse buscando impunidad.
Es el momento que la comunidad democrática internacional, sobre todos los países latinoamericanos y Estados Unidos sigan cerrando el círculo a estas tres dictaduras, seguirlas debilitando hasta un cambio a transiciones democráticas, o medidas de presión que restauren las democracias, y ayuden a las sociedades a sistemas de vida más aceptables.
La imposición del régimen cubano de un sistema sin libertades durante seis décadas y creer que la gente ya se acostumbró a no alimentarse pero sí a soportar una represión permanente; lo hecho por Ortega y Murillo en 2018, y en 2021, y hasta hoy con inimaginables violaciones masivas a los derechos humanos cívicos de los ciudadanos; y Maduro con el robo delincuencial de julio de 2024 del triunfo de la oposición democrática, y la represión desatada con apoyo policial, militar y del crimen organizado, son señales claras del fracaso del modelo populista como alternativa para nuestros países.
Y es un deber de los países democráticos en especial a nivel continental, preparar una estrategia para salir de esta lacra de sistemas políticos, y fomentar procesos de reconstrucción democrática que revivan la esperanza para estos pueblos a vivir en paz, con justicia, democracia y desarrollo.
A la par de estas acciones para superar estas dictaduras, debemos también prepararnos en América Latina a proyectar para las próximas décadas sistemas políticos democráticos, humanistas, pluralistas e inclusivos, que no sólo cierren los espacios que aprovecharon los sistemas mesiánicos para engañar con promesas de nuevas sociedades, sino sean la base para sistemas futuros basados en la justicia social, la participación de todos los sectores de la sociedad en la construcción democrática , la igualdad de oportunidades, una economía humana, y el desarrollo personal integral para cada ciudadano, sin exclusión alguna. Necesitamos de futuro mejores democracias para cerrar por siempre las puertas al autoritarismo, la demagogia y los populismos.
30 de agosto de 2024.
José Dávila
Nicaragua en el Exilio
Nicaragua es una país localizado en un área geográfica muy especial; y tal parece que los nicaragüenses no nos hemos dado cuenta de tal ventaja. Nicaragua y los nicaragüenses deben tomar la decisión de: primero, cambiar el rumbo de la historia de nuestro propio país, segundo, hacer el trabajo no permitiendo la interferencia esclavista y de ataduras con otros países; pero debemos de tener relaciones amistosas y cordiales con todos los paises que estén dispuestos a permitir el crecimiento económico del país. Debemos definitivamente diferenciar las preferencias políticas con estados extranjeros y las relaciones comerciales que al final son las que enconjunto con las inversiones puede elevar el statuos quo, el modus vivendi de los nicaragüenses.
Los nicaragüenses que hemos vivido en democracia, tenemos el sentir de que hoy Nicaragua está secuestrada por una familia que no permite que el pueblo viva en paz y libertad, que tenga acceso a la libre educacion y determinar que es lo bueno para cada individuo, pero que ellos mismos tomen esas decisiones. No un gobierno que piensa que es el Padre de los nicaragüenses y que somos como niños que debemos de aceptar todos sus abruptos. Hoy Nicaragua vive años dificiles en el sentido de libertad y democracía, derechos humanos y lo peor se ha atacado al sistema economico del pais, cerrando areas sensibles en la parte social como las ONGs, Medios de Radio y Prensa, forzando a los que piensan distinto a salir del pais a la fuerza o mediantes medidas represivas usando el miedo para la huida; y como si fuera poco robando sus propiedades que han sido la vida misma de las personas. Hoy un gran porcentaje de nicaragüenses viven en el exilio, en países como Costa Rica, España, Estados Unidos. Decenas de ellos han encontrado la muerte, primero porque llegaron a realizar un trabajo para el cual no estaban preparados; por haber tenido problemas insertandose en la vida cultural y social del país, algunos ignorando las leyes, a lo cual les ha costado la vida en accidentes de tránsito o con algunas autoridades. Nuestros hermanos no necesitaban salir del país; el país debería haber creado todas las condiciones para ofrecerles un lugar donde puedan vivir, comer, trabajar, y disfrutar de su entorno; en vez de eso el gobierno que maneja el país; ofreció balas, violencia y represión; y los resultados no se hicieron esperar.
La gente no Nicaraguense tiene el decir: ¿Porque ustedes no hacen cambios ustedes mismos respecto a ese gobierno?; y la respuesta ha sido que "no se trata de porque no" se trata de que el gobierno ha usado su fuerza armada y la policia y a grupos paramilitares para obligar a la población a vivir bajo sus condiciones; que se ha mal usado a la fuerza civil, policia para maltratar al pueblo y forzarlo a aceptar sus condiciones y forma de vida. El nicaragüense en el exilio sufre hambre, frio,falta de vivienda y a como todos sabemos el hambre no es buena consejera. En los diferentes paises encontrar trabajo se volvió un reto; y muchas veces con lo que se gana no alcanza.
Como socialcristiano, amantes de la paz,la libertad y el respeto a la dignidiad del hombre, llamamos a buscar y encontrar soluciones para que retornemos a la democracia que perdimos desde el 2006.
Web Editor
E. Sánchez
¡El Liderazgo Político, culpable del desastre en que vivimos los Nicaragüenses!
Por Edgard Macías Gómez
Presidente del Instituto Cultural Nicaragüense Americano “Pablo Antonio Cuadra”, INCUNAPAC.
En mi ensayo sobre la historia del socialcristianismo en Nicaragua, si bien considero que la cultura política en la que ha crecido el nicaragüense es la culpable del atraso integral en que nos debatimos- tesis que es compartida por muchos analistas políticos, hago énfasis en que es el concepto y tipo de liderazgo político de dominación que se practica, el principal responsable del atraso de Nicaragua, no solo en los aspectos socioeconómicos sino en el desarrollo democrático y en el avance hacia un verdadero Estado-Nación, un estado de Derecho. Todos los problemas de nuestra realidad se generan a partir ese tipo de liderazgo existente en Nicaragua.
El leve alivio que se ha dado algunas veces, se ha generado porque ha funcionado un mejor liderazgo. El primer ejemplo, el liderazgo durante la primera república conservadora, PRC, permitió sentar las bases, aunque débiles, de una cierta institucionalidad y estabilidad que permitió un modesto arranque de la economía. Pese a todas las críticas que se le hacen de parte de liberales y marxistas, se dieron condiciones que produjeron ciertos resultados positivos. Posteriormente, el liderazgo político en Nicaragua retomó lo peor de las actitudes prevalecientes en la conquista y en la post colonia.
El principal argumento esgrimido por el pequeño grupo de 19 nicaragüenses que fundó el Partido Socialcristiano Nicaragüense, PSCN, el primer partido de esa ideología existente en Nicaragua, fue precisamente una crítica al liderazgo; pero fue una crítica puramente intelectual; los fundadores no se incluyeron en la crítica porque vieron “la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”. Por consiguiente cayeron víctimas del mismo mal que criticaban, conduciendo al partido que fundaron a su fraccionamiento y a su desaparición.
Los socialcristianos que les hemos sobrevivido, a la fecha de escribirse este ensayo (2015), no hemos podido ponernos de acuerdo para reconstruir ese partido, manteniéndonos fraccionados. Esta es la razón por la cual he titulado este ensayo “EL PEZ EN SU LABERINTO. Génesis y crisis de la utopía humanista cristiana en Nicaragua”, dado que el pez- o el pescadito, a como lo llama el pueblo en general- parece estar en un laberinto y no puede encontrar una salida a este su conflicto de los siglos y re-encontrar o recobrar su camino histórico.
En este trabajo presento una introducción histórica general, que uso como un breve marco teórico del ensayo y considero la aparición del PSCN como un intento de sentar las bases para superar ese liderazgo tradicional que tanto ha perjudicado a los nicaragüenses. Un intento que el análisis histórico de la actuación de los líderes del partido, lo muestra como un intento fallido.
El trabajo es un esfuerzo por presentar una versión inclusiva de la existencia del PSCN, dado que presento el aporte de diversos líderes y grupos socialcristianos, porque no considero que el triunfo o el fracaso del socialcristianismo puedan ser atribuida a una sola persona. Mientras la literatura socialcristiana plantea un concepto democrático del liderazgo que culmina en el diseño de una sociedad participativa, esos conceptos no han podido ser asumidos por la mayoría de los dirigentes socialcristianos ni siquiera dentro de sus propias fracciones partidarias ya que no han sido capaces de anular la cultura del liderazgo tradicional en que han crecido y siguen aplicándola al interior de las fracciones que aparecen pretendiendo asumir el rol del verdadero y autentico partido socialcristiano histórico.
Como parte de este trabajo planteo la forma de superar el liderazgo tradicional, manejando la tesis de que solo un liderazgo auténticamente basado en principios de amor a la humanidad, de amor a los nicaragüenses y con un espíritu de servicio, puede no solo reconstruir al PSCN o construir un verdadero nuevo partido, sino dar una contribución efectiva para el uso honrado de los recursos del país, para la superación de la pobreza, propiciar el desarrollo de Nicaragua y el logro de una vida realmente democrática, lejos del caciquismo, de las dictaduras, del continuismo, del renacer de los conceptos neo-monárquicos de gobierno llevado a cabo por grupos tanto de derecha como de izquierda.
En el ensayo trato de explicar que la aparición del PSCN fue producto de varios factores y del sueño de muchos nicaragüenses de encontrar al fin un liderazgo que fuera capaz de conducir al país hacia un futuro de bienestar y democracia para todos, es decir, una vida plena y abundante. Desafortunadamente, aún seguimos en esa búsqueda.
Es fácil decir que cada pueblo se merece el gobierno que tiene, cuando en realidad, el pueblo nicaragüense ha demostrado a partir de las elecciones de 1990, que en condiciones de libertad vota en contra de partidos tiránicos, como el FSLN, y de hecho lo ha hecho en esas tres elecciones que llevaron al gobierno a Violeta Barrios de Chamorro, Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños. Y solo fue la traición de un mal líder como Arnoldo Alemán, quien hizo posible el regreso del orteguismo sandinista al poder en Nicaragua.
17 de febrero del 2024.